LA INVASIÓN A PANAMÁ Y EL ANTIIMPERIALISMO
Por: Aarón S. Bracho M.
“Han muerto ya de bala. Que no vuelvan a morir de indiferencia. Que no sufran, por nuestras propias manos, una segunda muerte.” O. Torrijos
Lunes 20 de diciembre de 2010, se conmemoran 21 años de la Invasión Militar del ejército de los Estados Unidos, en suelo panameño, aún no se han contabilizado la cantidad real de victimas, el Estado panameño tampoco se ha planteado ninguna iniciativa al respecto y peor aún es un día más en la agenda de los panameños.
Fue la noche de 20 de diciembre, días previos a las festividades navideñas cuando el pueblo panameño fue víctima de la más vil y despiadada agresión militar sobre una nación en América Latina en todo el siglo XX. Este evento dejo conmocionados a periodistas, científicos sociales y especialistas en las relaciones internacionales de Estados Unidos, inclusive a los mandos medios de las Fuerzas de Defensa, porque realmente nadie se esperaba una acción militar de esta magnitud, fueron 422 detonaciones las que registro el sismógrafo de la Universidad de Panamá, sin mencionar las ejecuciones y asesinatos de civiles y miembros de las Fuerzas de Defensa.
Durante mucho tiempo se ha querido empecinadamente destacar que los principales motivos de esta agresión militar están relacionados directamente a las particularidades de la jefatura de las Fuerzas de Defensa a cargo del general Manuel Antonio Noriega, su relación con el narcotráfico y el fraude electoral de 1984 y el desequilibrio de la Democracia en Panamá. Sin embargo estamos convencidos de que la Invasión a Panamá, fue impulsada por otros motivos de carácter geopolítico internacional, -esto ante el inminente declive y desarticulación de la Unión soviética, y la consecuente apertura de mercados- lo que la convierte en una acción militar de carácter imperialista, cuyo objetivo fundamental es sentar las bases para un nuevo orden político internacional: la unipolaridad estadounidense. Para decirlo en otras palabras la invasión norteamericana a suelo panameño, o en palabras del ex mandatario de Estados Unidos George Bush –padre- la “bellamente coordinada guerra”, represento una demostración de hegemonía político-militar en la geopolítica mundial, esto se apoya en el hecho de que ya en febrero de 1991 se gestaba otra acción bélica de esta misma índole dirigida por Estados unidos en Irak en la llamada Guerra del Golfo, situación que por lo menos, tiene más elementos en común que en discordancia con la Invasión del Istmo en 1989.
Las consecuencias de esta acción militar en cuanto a la pérdida de miles de vidas inocentes, los daños en la economía nacional, el impacto psicológico y social en la comunidad panameña deben ser valoradas, como un acto de genocidio y de flagrante violación de los derechos humanos. El hecho de que no se contemple una adecuada comprensión de estos hechos a nivel de la enseñanza de Historia en las escuelas públicas, amerita señalar varios interrogativos el primero está en señalar el porqué de esta situación y si es producto de las innumerables deficiencias del sistema educativo panameño o bien es parte de la concepción neoliberal del Estado, en donde la enseñanza de la Historia debe ser superflua y de importancia secundaria; el segundo interrogativo se relaciona con el primero, y es que pasara con las actuales generaciones de panameños que no conocen los hechos de la Invasión: generaciones de jóvenes que están marcados en su mayoría por la ausencia de metas o por lo menos de objetivos claros de superación personal a través de su profesionalización con un carrera universitaria.
Otro aspecto que salta a la vista es la negativa de los distintos gobiernos de turno que se han sucedido en el poder de declarar el 20 de diciembre día de duelo nacional y la ausencia de una política de investigación de los hechos y de la cantidad real de muertos a lo largo del territorio nacional durante la invasión estadounidense. Aun cuando diversos sectores progresistas y de izquierda han alzado como bandera política la lucha por la declaración del 20 de diciembre como día de duelo nacional, cabe destacar que ello rivaliza con la ausencia de escenarios concretos de decisión e influencia política y con la poca correspondencia de dichos sectores con su propio principio de antiimperialismo.
Hoy a 21 años de esta agresión, la sociedad panameña se enfrenta a varios desafíos por un lado aún cuando ya el Canal se encuentra administrado por manos panameñas y la economía nacional presenta el auge más importante en la Historia republicana, tenemos que Panamá es uno de los países con mayor desigualdad social en América latina, es decir que presentamos una de las peores distribuciones del ingreso en la región. Este modelo económico se traza como mecanismo de desarrollo económico en la concentración de la inversión de capital en la industria de la construcción y similares, a la vez en el desarrollo mismo de la economía que ha estado influida históricamente por la prestación de servicios. El pensamiento neoliberal, es la concepción de los grupos económicos que también ostentan el poder político de nuestro país.
La mejor manera de hacerles honor a todos aquellos mártires de nuestra Historia nacional y en este caso los caídos del 20 de diciembre de 1989 y de plantearse un cumplimiento moral del principio antiimperialista, es luchar por país con autodeterminación y soberanía efectivas, que presuponga una distribución equitativa de las riquezas y una reducción sustancial de los altos índices de pobreza y pobreza extrema, que nadie muera de hambre en Panamá, que ningún país extranjero pisotee nuestra dignidad nacional, ni imponga medidas en detrimento de nuestra soberanía, seguridad y bienestar nacional.
Comentarios